miércoles, 9 de enero de 2008

El aprendiz de cabalista


Cuando mi hijo me regaló estos Reyes pasados el libro de César Vidal, "El aprendiz de Cabalista", tuve la impresión de que el libro habría de merecer la pena. Apenas leí el primer capítulo, cuando la historia me había atrapado por completo; y así, llegué a la mitad del libro casi sin darme cuenta. La otra mitad cayó al día siguiente. Puede decirse que lo devoré como quién acaba con un sandwich después de varias horas de ayuno. La experiencia fue de mi agrado.
Con una narrativa fácil, pero a la vez engalanada de matices bellamente literarios, César Vidal nos muestra la historia de un judío, Hayim Cordovero, que es expulsado de España tras el edicto de los Reyes Católicos. En compañía de su familia decide huir a Francia. La muerte de sus padres conlleva que vuelva a emprender un nuevo periplo por la vieja Europa del siglo XVI. Tras conocer a un gran cabalista, y ser admitido como aprendiz, el joven Hayim irá aprendiendo los oscuros secretos del Talmud hasta llegar a adquirir el suficiente conocimiento como para cambiar el destino de las personas. Su poder es tan grande, que el propio Papa, o el rey Carlos de Alemania, ambos acérrimos cristianos, se verán obligados a recompensar a un judío debido a la grandeza de sus actos. Sin embargo, finalmente son el amor y la comprensión los sentimientos que hacen del protagonista un ser humano pleno de sabiduría y conocimiento. Pero de nada le valdrá toda esa erudición, pues el destino le tiene preparada una sorpresa que ni él mismo podrá esquivar. Todo pecado tiene su castigo, quizá esa sea la moraleja.
Ciertamente, es un libro que me ha recordado otro que leí el verano pasado: "Opus Nigrum", de Margarite Yourcenar. Ambos hacen de la historia de un alquimista la más bella de las obras.
Os lo recomiendo.

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